Si quieres tenerme, solo grita mi nombre.

Todo comienza con un cruce de miradas y un momento incómodo en el que, al bajar la mirada, todos los músculos de la cara se concentran en dibujar una sonrisa en tu rostro. Las primeras palabras dichas con su voz que recordarás cada día el resto de tu vida. Y poco a poco, el roce va a haciendo el cariño. El tiempo va trayendo más miradas, más sonrisas, más palabras. Y un sentimiento dentro de ti va creciendo y empieza a confundirte. No te gusta escuchar el nombre de otra saliendo de sus labios y cada vez que él tiene una palabra bonita para ti, el tiempo y tu corazón, se paran. Una canción, tan solo una, es capaz de traerte a la mente cada segundo a su lado.


Y serán escasos los momentos en los que todo vaya bien, pocos serán los momentos en que los celos no estén presentes. Pero esos celos, créeme, son el síntoma más fuerte para darte cuenta de que te has enamorado.

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