Nunca sabes donde vas a encontrar al amor de tu vida, puede que sea en la cola del supermercado, en el bar donde vas siempre a tomar unas cervezas con los de siempre, en el parque donde sacas al perro, o talvez, en la playa. Nunca sabes donde será y puede que ni siquiera sepas si estás preparada para conocerlo. Pero cuando llega, llegó y es algo increíble. El primer cruce de miradas, la primera sonrisa, la primera palabra, el primer abrazo, el primer beso.. Y tarde o temprano, esas primeras cosas, se repetirán y se convertirán en segundas, terceras, cuartas, e incluso, vigésimoterceras. Y es ahí, cuando te das cuenta, de que todo lo que un día quisiste, no es más que una rutina. Una horrible y aburrida rutina. Y resultó no ser el amor de tu vida. Pero quieras o no, tarde o temprano, llegará una persona con la que todos los cruces de miradas, las sonrisas, las palabras, los abrazos y los besos, serán como los primeros.
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