Tengo en la memoria la estructura de los labios incorrectos;

Llevo tiempo intentando saber como expresar lo que siento, pero todavía no he sido capaz de encontrar las palabras adecuadas para hacerlo. Como bien decía Bécquer, la mejor poesía es la que no se escribe, ya que en muchas ocasiones, el sentimiento que se tiene es tan grande, que no hay palabras suficientes como para describirlo. Pues bien, después de darle mil y una vueltas, he llegado a la conclusión de que esto es poesía, y es poesía que brota del alma. Te quiero, sí. Pero esas dos míseras palabras no son nada, en comparación con lo que realmente es. Llevo meses sintiendo que quiero verte, que tu sonrisa y tu mirada son dos de mis razones por las cuales seguir adelante y que, el día que deje de contar con ellas, será el día en que pierda la poca ilusión que me queda por creer en tí, y en mí.

"Los domingos suelo jurarme que cambiaré de vida". Todos y cada uno de los domingos desde el 24 de enero me prometo que te voy a olvidar, que no voy a pensar más en tí y que dejaré de ilusionarme tontamente. Pero, ¿sabes? Luego llega el viernes, y la cosa cambia. Te veo ahí y vuelve a aflorar algo dentro de mí, una especie de mariposillas que al parecer, es uno de los primeros síntomas de eso que llamamos "amor". Ese sentimiento de felicidad y euforia que solo sentimos cuando estamos en una montaña rusa, pues yo lo siento cada viernes, cada segundo que te veo.

No me preguntes como lo hago, o por qué lo hago, porque ni yo misma lo sé. No sé como después de casi cinco meses, sigo teniendo la esperanza del primer día. Releyendo todos (o practicamente todos) los días tus palabras que consiguieron pintarme una sonrisa en la cara a lo largo de dos semanas.
No sé si pedirte que me dejes o que te quedes. Sé que sinó te tengo, falta algo dentro de mí, algo que me complementa. Pero también sé que no puedo seguir así, que tarde o temprano dejaré de ser como Bécquer, una romántica de espíritu idealista, y el gran golpe que me llevaré en la caída desde el cielo, será peor que cualquier otro de mis tropezones.

PD. No olvides que estoy a tres metros sobre el cielo.

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