Fix you.

Me giré y allí estaba él, con su sonrisa de todos los días y su mirada clavada en mi esperando al más mínimo movimiento que le dijera "acércate". Se detuvo el tiempo en ese instante. Segundos se convirtieron en minutos, minutos en horas. ¿Y qué hice yo? Nada. Allí me quedé, clavada al suelo sin nada que decir ni nada que hacer. Se fue, y no volví a saber de él. Lo peor no es que se fuera, lo peor es que no tuve (valor) tiempo de decirle lo que quería decir después de tanto tiempo.

2 comentarios:

  1. Gracias por seguirme! (: yo tambien te sigo un blog genial ! besos

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  2. tienes unos textos preciosos de verdad, te sigo :)

    http://alba-ferrer.blogspot.com/

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