Co-razones.

Nunca había conocido a nadie que se quisiera tanto como lo hacían ellos. Se querían, y lo sabían. Pero nunca pudieron vivir su gran amor. El orgullo y el miedo a dar el primer paso se apoderó de ellos y aquel sentimiento que parecía no ser más que un amor de adolescentes, fue creciendo con ellos, con el paso de los años. Cada vez fue ocupando más espacio dentro de ellos. 

Y así les pasó la vida, queriéndose en silencio, engañándose a sí mismos, soñando cada noche con lo que podría haber sido y no fue, viviendo una vida que no era la suya.  Se casaron, tuvieron hijos, una casa en el campo y todas esas tonterías que se quiere tener cuando se es joven, pero nunca experimentaron lo que es el verdadero amor.