A drop in the ocean.

Siempre que me siento sola o que necesito desahogarme, me voy a un pequeño rincón del puerto. Es un sitio al que pocos saben llegar, un sitio donde puedo estar sola, llorar y perderme entre los compases y las notas de la música que suena en mis auriculares. Es mi sitio. El lugar donde mis lágrimas se hacen pequeñas en comparación con el mar que se encuentra ante mis ojos, chocando contra las rocas y los barcos pesqueros que están anclados esperando la madrugada para salir a ser libres mar adentro. A veces me gustaría poder subirme a uno e irme, irme lejos, sentirme libre, sin ataduras. Sin necesidad de decir adiós a nadie. Olvidarme del mundo, de todo, de ti. De la cuenta pendiente que tengo contigo: una sonrisa, dos miradas, tres abrazos con cuatro besos y después cinco orgasmos, seis lágrimas por cada siete noches con ocho días por semana y nueve estrellas fugaces, diez canciones, once regalos, doce meses al año, trece gatos negros de nuestra mala suerte, catorce atardeceres en quince lugares distintos, dieciséis.. el nuestro, nuestro dieciséis. Pero no puedo. No puedo largarme cuando quiera y dejar todo atrás, echar a volar sin rumbo, dejar que mis pies me lleven a lugares inexplorados, no puedo. No porque sea una idea loca e imposible, sinó porque no quiero tener que despedirme, no puedo despedirme de ti, no otra vez. No puedo irme, no sin ti. 

3 comentarios:

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  2. Preciosa entrada! y ojalá tuviera yo un lugar que me hiciera sentir eso...... :)

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  3. Me gustó mucho tu texto; y me sentí identidicado por dos cosas: primero, porque a mi también me pasó muchas veces el sentir esas ganas terribles de escapar a algún lugar, de irme lejos de todo y de todos. Pero en esos momentos, paradójicamente lo que más necesitaba era estar rodeado de quienes amo. De esas personas que me hacen sentir bien siempre. Creo que eso es lo que suele pasar: a veces nos sentimos tan solos que elegimos soñar con irnos lejos de todo y de todos, para estar más solor; cuando en realidad todo lo que necesitamos es el abrazo y la compañía de una de esas personas que nos hacen bien. Además me sentí muy identidicado porque si yo tuviera que elegir un lugar para estar lejos de todo y despejarme, definitivamente sería el puerto. Amo el ambiente marino, los barcos pesqueros, el sonido de las olas... En fin; muuy lindo tu texto! Me gustó mucho :DUn beso grande!

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